miércoles, 10 de diciembre de 2008

mundo pequeño

Los pequeños vicios y las ansias;
Un poco de desesperanza pendular.
La numerosa emergencia que no altera los cursos
Y los golpes al nervio que sujeta al hogar.

Incontenida y escéptica: publica los otros aires.
Los cañones disparan sin ver caer sus pestañas,
Y oigo que detonan las sombras del silencio inmediato.

¡No cabe nada aquí!
El suelo está descubierto y la desnudez angustia en un palacio de espejos.
Mundo imperfecto donde no hay espacio para el aire…
donde es asiduo el destino que tiene mareos al salir.

Lejana la respuesta ajena.
Exilio sin amenaza armada
Moverse por moverse y cambiar de punto el centro
y una promesa de no terminar de llegar.

No cabrá aún sin mi aliento nada en mi centro.
No cabrá porque hay ausencia de la frecuencia de mi voz.
Es ropa ajustada un calendario hecho por sastre inexperto
Pero es la contraseña de un secreto que vale la pena guardar.

Lejana la respuesta ajena.
Exilio que sólo grita y ennegrece los ojos.

martes, 28 de octubre de 2008

Epitafio Bohemio

Y se derrite un páramo entre soles,
que alumbran con ausencias ríos de mujeres.
Vive solo y gasta tinta diaria
Y se duerme cada luna más temprano

Fueron rubíes secos que esculpió la niebla
Se alejaron con caricias del suelo de bar
Atestiguaban la metáfora en sus narices
Sangraban amaneceres con granos de pan

Y se derrite resucitando el alma que había vendido
¡Le grita a sus manos negras que él ha vencido!
Mira las venas en su cabellera
Y no hay suelo seco donde hincar los brazos

¡Puedo rogarle a la lluvia cristales de fuego!
Me desamparo de imagen en el espejo
La horda señala en otro lugar latidos
Y bajan por la médula mis calambres más precisos.

Siguen los círculos aspirando desde un pañuelo
Y los nudillos atados a humos de asco
… Pero me recuerdo después del recuerdo…
Pero me recuerdo intentando nacer.

¿Y donde ladran las luces quebradas?
Se aúnan los humus que saben a lengua extranjera
Con mis jadeos más libres y más gloriosos
me conocen yaciendo de la mano del reloj.

Fueron los relámpagos de todas mis musas,
Las pocas que susurraban los litros de hedor.
También testigos mis vetos y dígitos lerdos,
mi almohada, mi pelo, mi estoico sopor.

Y se derrite casi haciendo ruido
Se pierden filos en el roció de ayer
Se ha gastado más de media tarde
¡Pastillas!
Sigilo dormido en el velador.

(...de "Habitación de Noches")

viernes, 10 de octubre de 2008

I

Talvez mi insistencia define un nosotros.
Deletrea un susurro que esculpe un cuerpo que no existe junto a mí;
Corea los contornos de unos muslos de los que carezco,
Pero que a veces… "por casualidad"... llegan a mí.

Se llena el espacio de ecos donde germina algo de mi locura.
Todo me esquiva y el suelo se mueve jugando conmigo.
Me visto de vez en cuando para recordar que tengo piel.
¿Y desde cuando la tengo?

¡Necesito recordar!
Necesito la vida que se agolpa en mi lengua hasta pudrirse.
Que no me moje la lluvia de púas ni termine resbalando con su óxido al caminar.

¡Que pueda caminar!...
¡Que pueda recordar!

Que la almohada no se quede sola. ¡No con tus olores!

… Que no se los quede nadie.
O prefiero insistir…( o voy a insistir)

martes, 29 de julio de 2008

¿Cuánto se elige cuando se elige?

La intensidad de determinar el actuar propio a partir de la conclusión de ser consecuente con una decisión prefijada, independientemente si esa decisión sigue a la razón, los sentimientos, o la simple idea de encausar la inercia, es sin duda mucho mayor que la naturalidad de “dejar fluir”.

¿Por qué tan seguro de aquello?
Porque inevitablemente cuando uno “decide” está afectando el curso “natural” * de las circunstancias, las cuales pasarán a ser “condicionantes” y dejarán de ser “determinantes”


Ahora bien, no es raro que podamos dudar de la motivación de nuestras mismas motivaciones, las cuales desde luego constituyen “la permeabilidad” de lo objetivo de una decisión, la que luego se envainará en la seguridad de ser un acto resuelto, y por ende: propio e innegable en su autoría. El que decide soy yo.
...

De alguna manera el decidir constituye una ruptura de algo que consensualmente llamamos “normalidad”, y que irroga una responsabilidad al acto decisorio, bastante mayor que el sólo “optar”, ya que lejos de ser una mera división entre nuestras alternativas, está provista de aquella intensidad que aludo en el primer párrafo. Decidir es hacer un cambio. Decidir es actuar.- Decidir es en esencia: la diferencia entre existir y vivir.-

Eso si, viviendo a través de nuestras decisiones, no podemos aún ni sentirnos libres, ni sueños de nuestro destino, ni ninguna de esas cosas que le dan golpecitos en la espalda a nuestro ego, simplemente nos hace propios de las repercusiones que causen estas mismas, y eso nos vincula a un futuro; uno que sin ellas, no es nuestro.
...


Se dice que el amor no lo elige uno, lo elige a uno.
Yo no elijo amarte, ¡decido amarte!

Dicen que el tiempo borra todo
¿Puede borrar lo que yo decido?
¿Y si decido que no me toque el tiempo?...que no toque mis emociones….que no toque mis adicciones… que no toque mis sentimientos

Soy libre para decidir aquello pero no se cuan libre para ejecutarlo.
Soy testarudo y no relativizaré en esto: ¡Yo decido!

martes, 8 de julio de 2008

Pausa

Sin ecos, sin rostros, sin muecas.
Sin una sola luz que genere sombra tras mi rostro
Sin hambre, sin fuego, sin carne
Sin las ganas que detonan la ilusión.

¡Sin siquiera tomar en cuenta el pulso del tiempo!
Sin necesidad de ser necesario para ser aquí

Sin los ojos que deletrean mis colores;
Sin la percepción que me hace disfrazarlos de los suyos.
Sin anestesia para sentir que no siento
Y sin las consecuencias de ser sin quedar.

Sin la rima que inventa mi historia
Y sin la vida que la destruye para imponerme una nueva.

Sin la suma de las ocasiones
Sin recuentos ni propósitos que me orienten.
Sin anclas que eviten la corriente
Y sin costa supuesta en donde varar.

¡Alto!

Desprovisto de todo aún no me pierdo ni me encuentro.
Las imágenes escriben un contexto talvez no tan voraz.
Un entorno que sólo ocurre para que yo pueda moldearlo:
- Es la pausa que no ocurre para que yo la invente.

Sin siquiera tomar en cuenta….

__Me queda el mundo vacío todavía.

miércoles, 25 de junio de 2008

¡¡Una nueva oportunidad!!

La frase con que abro mi perfil le da explicación y deslindes a un impulso tan humano como la furia, al que doy como nombre: "La Huida".

Es difícil no creer que dentro de esa vorágine diaria que nos embute en rutinas de escaso aire, una nueva visión y un gran respiro no pueda provenir de la ruptura de "lo mismo". Dialéctica en la razón, pero escape ansioso y placebo del instinto. Luchando por escapar del presente no nos queda otro lugar que el futuro. ¿Alentador no?

La verdad yo soy de los que tomo fuerza de la confrontación (ya casi como un vicio), pero reconozco la necesidad de escapar y verme en otro escenario para poder visualizarme nuevamente como a un "tercero", y desde allí contar con la perspectiva necesaria para enfrentar todo, ha sido un ejercicio o una caída recurrente al “concluir ciclos”: Yo de nuevo pero ¡más propio y más auténtico!

Sin duda que contentarnos (a los instintos inclusos) es una receta cortoplazista que todos hemos buscado en el afán de ser felices: ¡Cuánto vicio enumerable! - y de toda forma- no es sino la plasmación de la huída y sus curativos beneficios.

Pero huir no es partir de cero.
Los cambios de aire, gente, amores, odios y tensiones que parecen estar abrochadas a nuestras vidas, y de las que la menor insistencia nos parece una ineludible responsabilidad con el pasado que vivimos es una verdad patente; Lo que es recuerdo, antes de ser recuerdo: ¡ES!

Esta divagación va en contra de mis ganas de inventarme nuevamente y de la asfixia que a veces me produce la consecuencia… ¡Pero qué diablos! Huyendo no se puede llegar ni un centímetro más lejos de uno mismo. (Y uno si que se jode a si mismo)
Así: el nuevo aire, gente, amores y odios son una válvula de escape personal hasta nuevo aviso… Hasta el aviso del espejo.

¿Cuántos años de mala suerte serán si no lo logramos quebrar?

lunes, 23 de junio de 2008

Otro escrito que se quiere equivocar sobre mi.

¡Soy el sucesor de mi mismo!
¡Soy la opinión que quiere poseer voto!
Suceder mi voz y mis errores.

Soy la nueva redacción de mis letras.
Con nuevas líneas sobre las mismas manos, para acuñar la firma de un antiguo yo.

Soy el sucesor principalmente de la oportunidad.
Las ganas de caer se superan sólo con las de tener oportunidad de padecer la caída.

Y para que no haya sucesor voy a tener que inventarme de nuevo
¡Aún más igual y exacto que yo en los errores que volveré a querer cometer!
En los rastros de que sigo siendo yo el que finge destronarse
Cuando somos de verdad ambos los que queremos cambiarnos mutuamente.

Soy otra idea más errada.
Soy la búsqueda de que duela más o destruya.
Soy lo que era antes.
Soy las ganas de no ser.

viernes, 20 de junio de 2008

Desarchivo

Todas en un sobre. Se fueron las postales.
Las palabras sobraban en ellas porque ya sólo fueron
La impertinencia de sus ojos dejó de herir mi carne,
pero su estela baña de sal el contorno de mis yagas.

¿Por qué importa lo que ya decidí que no importa?

Es inevitable buscar en los suburbios de nuestro pequeño drama particular alguna razón que nos ate. Algo tangible y fuerte que pueda justificar el instinto desvelado que llama los plazos que la misma vida expiró.

¡No creas tú ni los que hoy día están conmigo que puedo vencer mi adicción!
El pasado me acompaña siempre: menos ácido que cuando fue presente y menos torpe que cuando lo inventé.

… No creas que las palabras seguirán sobrando.

lunes, 16 de junio de 2008

La amenaza es la espera.

Ceden las raíces de un pelo cansado al fulgor de una mano que le asecha.
Cede la intención de surgir ante el atento flagelo de un reflejo.

Veo mi hambre y mi anemia en las luces
Las apago y las pinto de color niebla
Dormido en la calma del cansancio
Recuento lo que alguna vez cubrió mi piel.


Obligado por el vaivén de los péndulos
Me fuerza el contexto a resignarme a que todo pasa
Mi hábito de imponerme a la vida claudica en la razón de la espera

¿Por qué agitarse y no comerme las uñas?
¿Por qué comerlas y no esculpir con ellas los párpados que reclama mi piel?

Veo mi hambre y mi impaciencia en todo lo que no me es propio
Y siendo más ajeno a la vida que al mismo tiempo que increpo, comienzo a recolectar los substitutos de mi alma.

Inhalo humedades
Me asfixio en mis verdades
Y en la tela donde me repongo
Veo que no hay más colores

Se cuelan la lluvia de sal por los techos
Y sé que estoy preparado
Si enfrentara hoy la recta final
Sería sencillo que pasara el tiempo.

domingo, 1 de junio de 2008

1.

La insinuación de ventilarme a través de frases, que no siempre podré calcular, me parece mi primer paso hacia una sutil prostitución de lo que hago y pienso. ¿Importa demasiado? Creo que por esta vez pasando por alto la intención definitiva, me doy el lujo de verme plasmado y ocupando espacio en algo más que mi propia corporalidad y aquellas memorias que con algo de esfuerzo pude corromper.

Encendido.