jueves, 30 de diciembre de 2010

Quiero que huyas y tengas la culpa de no estar aquí
Quiero que abandones mis razones y sean otras voces las culpables
Quiero ser no deseable, y quiero atarme a un huracán
Quiero verte inmaculada bajo luces desgastadas
Quiero ser la incertidumbre que se rompe con la fe.

Quiero que no exista este sin rumbo
Que me roben los segundos en un mundo diminuto
Sn la paz y sin sentido
Quiero verme corrompido y quiero estar ya desvestido
Quiero drogas y alaridos
Quiero que no seas el pulso que me marca y que revientan las paredes de mi cuello

Quiero que consientas ello
De que no tengo razón
Que no hemos convertido aquel orgullo renacido en una cuenta por saldar
No se trata de escapar
Ni tampoco de lograr, ni de tratar con objetivos.
Se desangran mis oídos
Ahora escucho por un músculo altanero.

¿Dónde?
Persiste aún ese nombre
Semántica y delirio caen juntos en frazadas
Que abrazan las miradas
Y escondidas bajo el manto de raíces meretrices aún insistes y no callas

Ya no callas ni en silencio
Ni en el flujo del momento en que distraigo del recuerdo
De las locaciones pálidas que no tuvieron suerte
Y tal vez el viento fuerte
Imagine que hay un loco que aún renuncia a sus tatuajes
O que salta al abordaje
De un vagón sin sentimientos
Y a la noche que acaricia una voz que aún exprime las bahías de mis ojos

¿Dónde?
No te esperare por siempre
Que te alejes de mi grito mientras corro ya embriagado
Te prohíbo que tú nazcas dada a luz ya por mis labios
Si hoy mis sueños son extraños
Y la senda se perdió

Quiero el dolor.
Quiero tu olor.
Sin que seas tú.