La frase con que abro mi perfil le da explicación y deslindes a un impulso tan humano como la furia, al que doy como nombre: "La Huida".
Es difícil no creer que dentro de esa vorágine diaria que nos embute en rutinas de escaso aire, una nueva visión y un gran respiro no pueda provenir de la ruptura de "lo mismo". Dialéctica en la razón, pero escape ansioso y placebo del instinto. Luchando por escapar del presente no nos queda otro lugar que el futuro. ¿Alentador no?
La verdad yo soy de los que tomo fuerza de la confrontación (ya casi como un vicio), pero reconozco la necesidad de escapar y verme en otro escenario para poder visualizarme nuevamente como a un "tercero", y desde allí contar con la perspectiva necesaria para enfrentar todo, ha sido un ejercicio o una caída recurrente al “concluir ciclos”: Yo de nuevo pero ¡más propio y más auténtico!
Sin duda que contentarnos (a los instintos inclusos) es una receta cortoplazista que todos hemos buscado en el afán de ser felices: ¡Cuánto vicio enumerable! - y de toda forma- no es sino la plasmación de la huída y sus curativos beneficios.
Pero huir no es partir de cero.
Los cambios de aire, gente, amores, odios y tensiones que parecen estar abrochadas a nuestras vidas, y de las que la menor insistencia nos parece una ineludible responsabilidad con el pasado que vivimos es una verdad patente; Lo que es recuerdo, antes de ser recuerdo: ¡ES!
Esta divagación va en contra de mis ganas de inventarme nuevamente y de la asfixia que a veces me produce la consecuencia… ¡Pero qué diablos! Huyendo no se puede llegar ni un centímetro más lejos de uno mismo. (Y uno si que se jode a si mismo)
Así: el nuevo aire, gente, amores y odios son una válvula de escape personal hasta nuevo aviso… Hasta el aviso del espejo.
¿Cuántos años de mala suerte serán si no lo logramos quebrar?
miércoles, 25 de junio de 2008
lunes, 23 de junio de 2008
Otro escrito que se quiere equivocar sobre mi.
¡Soy el sucesor de mi mismo!
¡Soy la opinión que quiere poseer voto!
Suceder mi voz y mis errores.
Soy la nueva redacción de mis letras.
Con nuevas líneas sobre las mismas manos, para acuñar la firma de un antiguo yo.
Soy el sucesor principalmente de la oportunidad.
Las ganas de caer se superan sólo con las de tener oportunidad de padecer la caída.
Y para que no haya sucesor voy a tener que inventarme de nuevo
¡Aún más igual y exacto que yo en los errores que volveré a querer cometer!
En los rastros de que sigo siendo yo el que finge destronarse
Cuando somos de verdad ambos los que queremos cambiarnos mutuamente.
Soy otra idea más errada.
Soy la búsqueda de que duela más o destruya.
Soy lo que era antes.
Soy las ganas de no ser.
¡Soy la opinión que quiere poseer voto!
Suceder mi voz y mis errores.
Soy la nueva redacción de mis letras.
Con nuevas líneas sobre las mismas manos, para acuñar la firma de un antiguo yo.
Soy el sucesor principalmente de la oportunidad.
Las ganas de caer se superan sólo con las de tener oportunidad de padecer la caída.
Y para que no haya sucesor voy a tener que inventarme de nuevo
¡Aún más igual y exacto que yo en los errores que volveré a querer cometer!
En los rastros de que sigo siendo yo el que finge destronarse
Cuando somos de verdad ambos los que queremos cambiarnos mutuamente.
Soy otra idea más errada.
Soy la búsqueda de que duela más o destruya.
Soy lo que era antes.
Soy las ganas de no ser.
viernes, 20 de junio de 2008
Desarchivo
Todas en un sobre. Se fueron las postales.
Las palabras sobraban en ellas porque ya sólo fueron
La impertinencia de sus ojos dejó de herir mi carne,
pero su estela baña de sal el contorno de mis yagas.
¿Por qué importa lo que ya decidí que no importa?
Es inevitable buscar en los suburbios de nuestro pequeño drama particular alguna razón que nos ate. Algo tangible y fuerte que pueda justificar el instinto desvelado que llama los plazos que la misma vida expiró.
¡No creas tú ni los que hoy día están conmigo que puedo vencer mi adicción!
El pasado me acompaña siempre: menos ácido que cuando fue presente y menos torpe que cuando lo inventé.
… No creas que las palabras seguirán sobrando.
Las palabras sobraban en ellas porque ya sólo fueron
La impertinencia de sus ojos dejó de herir mi carne,
pero su estela baña de sal el contorno de mis yagas.
¿Por qué importa lo que ya decidí que no importa?
Es inevitable buscar en los suburbios de nuestro pequeño drama particular alguna razón que nos ate. Algo tangible y fuerte que pueda justificar el instinto desvelado que llama los plazos que la misma vida expiró.
¡No creas tú ni los que hoy día están conmigo que puedo vencer mi adicción!
El pasado me acompaña siempre: menos ácido que cuando fue presente y menos torpe que cuando lo inventé.
… No creas que las palabras seguirán sobrando.
lunes, 16 de junio de 2008
La amenaza es la espera.
Ceden las raíces de un pelo cansado al fulgor de una mano que le asecha.
Cede la intención de surgir ante el atento flagelo de un reflejo.
Veo mi hambre y mi anemia en las luces
Las apago y las pinto de color niebla
Dormido en la calma del cansancio
Recuento lo que alguna vez cubrió mi piel.
Obligado por el vaivén de los péndulos
Me fuerza el contexto a resignarme a que todo pasa
Mi hábito de imponerme a la vida claudica en la razón de la espera
¿Por qué agitarse y no comerme las uñas?
¿Por qué comerlas y no esculpir con ellas los párpados que reclama mi piel?
Veo mi hambre y mi impaciencia en todo lo que no me es propio
Y siendo más ajeno a la vida que al mismo tiempo que increpo, comienzo a recolectar los substitutos de mi alma.
Inhalo humedades
Me asfixio en mis verdades
Y en la tela donde me repongo
Veo que no hay más colores
Se cuelan la lluvia de sal por los techos
Y sé que estoy preparado
Si enfrentara hoy la recta final
Sería sencillo que pasara el tiempo.
Cede la intención de surgir ante el atento flagelo de un reflejo.
Veo mi hambre y mi anemia en las luces
Las apago y las pinto de color niebla
Dormido en la calma del cansancio
Recuento lo que alguna vez cubrió mi piel.
Obligado por el vaivén de los péndulos
Me fuerza el contexto a resignarme a que todo pasa
Mi hábito de imponerme a la vida claudica en la razón de la espera
¿Por qué agitarse y no comerme las uñas?
¿Por qué comerlas y no esculpir con ellas los párpados que reclama mi piel?
Veo mi hambre y mi impaciencia en todo lo que no me es propio
Y siendo más ajeno a la vida que al mismo tiempo que increpo, comienzo a recolectar los substitutos de mi alma.
Inhalo humedades
Me asfixio en mis verdades
Y en la tela donde me repongo
Veo que no hay más colores
Se cuelan la lluvia de sal por los techos
Y sé que estoy preparado
Si enfrentara hoy la recta final
Sería sencillo que pasara el tiempo.
domingo, 1 de junio de 2008
1.
La insinuación de ventilarme a través de frases, que no siempre podré calcular, me parece mi primer paso hacia una sutil prostitución de lo que hago y pienso. ¿Importa demasiado? Creo que por esta vez pasando por alto la intención definitiva, me doy el lujo de verme plasmado y ocupando espacio en algo más que mi propia corporalidad y aquellas memorias que con algo de esfuerzo pude corromper.
Encendido.
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