Derrotada la miel y fatigada su alma;
Se derramó seca sobre la espalda del que la escribió
tratando de revivirla.
La historia no duda en destruirse para hacerse vida
y hervir hiriendo al posarse sobre la delgada
piel de sus vértebras
Tiempo que no te veo
Tiempo innecesario
No se necesita tiempo si no habitar lo contrario de
los actos
Esparcir su miel ahora tibia y derrotar los sentidos
¿No es evidente que no te he dejado
de ver?
¡Derrotado otra vez!
Cambio aliento por voces que congracian lo normal de
mis pasos
y los checkpoints hastiados de recuerdos abortados del
mundo
En el mundo yo me hundo
En el mundo yo te espero
¿No es evidente?
¿No lo soy yo acaso?
¿No lo soy yo acaso?
1 comentario:
De un tiempo a esta parte dudaba acerca de las evidencias, hoy puede que exista un atisbo de certeza. La lucha contra los demonios de normalidad impide el fluir de lo que es y condiciona a lo que se da.
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