Lenguas
alambradas.
Aliento que
sangra y brota viseras que se deshacen al caer:
En la fría
vereda.
¡Demasiado
pavimento!
Demasiado humo
sin señales en la pintura del techo;
Y cuando ya no
quedan hechos,
Queda la sangre.
Queda el alambre.
Coágulos fríos
El abecedario que
fue mío
Y los instintos
que perdieron sentido de orientación para emerger
Coágulos duros
Disparándose a
los muros
Y estampando su
recuerdo en otro sesgo en mi mirar
Lenguas
alambradas.
Aliento que
sangra y sangre que purga.
Desde la fría sentencia.
¡Demasiada
licencia con el juzgado del espejo!
¡Aún demasiado
lejos!
Queda la sangre.
Queda el alambre.
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