miércoles, 30 de enero de 2013

Ahora


Para empezar sin re editar
Para que partir no sea dejar
Para otro comienzo y para otra memoria
Para que vuelvan mis ojos a mirar por azar

Para abrirle la puerta al minuto vecino
Y  rodearte en suspiros, romper la gravedad.
Y enredar mi razón en la lógica tuya
Definiendo mi mundo en nosotros y no en yo.

Para flotar sobre el ácido de la sangre vertida
En los ríos que asfaltan mi falta de visión
Y girar sin girar volviéndome cometa
Que acomete contigo destrozando el lugar

Para hablar de los tiempos como pulso lejano
Habitando este magma que no entiende de lunas
Ni de lunes que agiten el mar de mi copa
Con que entierro ahora esa sed de vivir

Para empezar de este centro que se ubica en extremos
Que disfraza en colores la ausencia de disfraz
Para que abunde la risa y me pierda en el vuelo
Dejo el rastro de ahora para que vueles sin volver. 

lunes, 28 de enero de 2013

Pendiente


Pendiente sobre la cuerda donde oscilan mis pasos
Y los aros que cuelgan de tus lóbulos serpenteando tu cuello
La sombra con que se disfrazan tras de ellos tus lunares
Raya con la distancia que tiene divide tu boca y mi voz

Pendiente en el calendario
Mis ojos, mi frente y mi amparo
Las ganas que tengo de tu hambre
Y de reconocerte otra vez sin horario

Pendiente en mi mente indecente
El sacarme el criterio de venda
Que el calvario que paga mi renta
Se desnude y dispare al presente

Y pendiente mi filosofía
De inventarle palabras al viento
Que dividan sus gotas de aire
Y fabriquen mi paso y mi aliento

Desde el centro del nudo pendiente
Que me cuelga de cuerdas vocales
Pende el ruido del tren pasajero
Que avecina a tus pies su estación

Pendiente declaro mi sombra
Si ilumino mi nervio de histeria
Cae junto a mis manos sus cortes
Donde escurre roja vida a medias

¡Pendiente declaro mi sombra!
¡Ya no quiero colores opacos!
Y el pendiente que baila en mi sangre
Pinta un ritmo por ti sin adiós.

sinadiosinadiosinadiosinadiosinadios

viernes, 11 de enero de 2013

La Llamada



Cientocincuenta mil voces
Cientocincuenta mil años
Cientocincuenta vehículos mohosos conducidos por mis letargos

En medio del pasado y en medio de la nada
Catapultado por lo incierto que es dormir sin despertar

La llamada
Incendiaria en lo sutil
Fuego llamarada

La llamada que cae en el medio de una noche
Atípica, incierta, voladora y errada
Imprecisa en tu oído y transgresora en mis labios
Típica y cierta, otra vez cotidiana
Voladora y errada
Dañina y sopor.

Cientocincuenta mil vías de escape furtivo
Cientocincuenta mil hombres y sombras que confundes con hombres
Cientocincuenta mil pasos que doy en sentido contrario

Acierto con mis días sin que los presientas
Me acostumbro a ese mundo que te debe ser raro.

En medio de las luces que despegan la piel de mis párpados
Sin motivo más que estar en el medio

La llamada
Forzando un encuentro equivocado
Acabada en sus detalles por la sorpresa
Sin otro aliento que tu extrañeza
Y otra vez cotidiana
Otra vez error.