Pido tinta y hojas donde derramar la sal que ahoga mi sudor
Mi nervio calcina mis labios distrayendo el discurso
-distrayendo las horas
-distrayendo mi voz.
Le pido prestado tu oído a la cosmopauta en que engranas de siempre
Le hago presente la coda con que marco el final de un compás
Desollando mi piel simulando una poda
Una poda que dopa al mirarte y arder.
Parto el nuevo compás y otro abecedario
Dando el ritmo de cuartos sobre la letra D
Y perdiendo el rastro, la piel y el silencio
Dame el pulso perdido sin dejar de creer.