La intensidad de determinar el actuar propio a partir de la conclusión de ser consecuente con una decisión prefijada, independientemente si esa decisión sigue a la razón, los sentimientos, o la simple idea de encausar la inercia, es sin duda mucho mayor que la naturalidad de “dejar fluir”.
¿Por qué tan seguro de aquello?
Porque inevitablemente cuando uno “decide” está afectando el curso “natural” * de las circunstancias, las cuales pasarán a ser “condicionantes” y dejarán de ser “determinantes”
Ahora bien, no es raro que podamos dudar de la motivación de nuestras mismas motivaciones, las cuales desde luego constituyen “la permeabilidad” de lo objetivo de una decisión, la que luego se envainará en la seguridad de ser un acto resuelto, y por ende: propio e innegable en su autoría. El que decide soy yo.
...
De alguna manera el decidir constituye una ruptura de algo que consensualmente llamamos “normalidad”, y que irroga una responsabilidad al acto decisorio, bastante mayor que el sólo “optar”, ya que lejos de ser una mera división entre nuestras alternativas, está provista de aquella intensidad que aludo en el primer párrafo. Decidir es hacer un cambio. Decidir es actuar.- Decidir es en esencia: la diferencia entre existir y vivir.-
Eso si, viviendo a través de nuestras decisiones, no podemos aún ni sentirnos libres, ni sueños de nuestro destino, ni ninguna de esas cosas que le dan golpecitos en la espalda a nuestro ego, simplemente nos hace propios de las repercusiones que causen estas mismas, y eso nos vincula a un futuro; uno que sin ellas, no es nuestro.
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¿Por qué tan seguro de aquello?
Porque inevitablemente cuando uno “decide” está afectando el curso “natural” * de las circunstancias, las cuales pasarán a ser “condicionantes” y dejarán de ser “determinantes”
Ahora bien, no es raro que podamos dudar de la motivación de nuestras mismas motivaciones, las cuales desde luego constituyen “la permeabilidad” de lo objetivo de una decisión, la que luego se envainará en la seguridad de ser un acto resuelto, y por ende: propio e innegable en su autoría. El que decide soy yo.
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De alguna manera el decidir constituye una ruptura de algo que consensualmente llamamos “normalidad”, y que irroga una responsabilidad al acto decisorio, bastante mayor que el sólo “optar”, ya que lejos de ser una mera división entre nuestras alternativas, está provista de aquella intensidad que aludo en el primer párrafo. Decidir es hacer un cambio. Decidir es actuar.- Decidir es en esencia: la diferencia entre existir y vivir.-
Eso si, viviendo a través de nuestras decisiones, no podemos aún ni sentirnos libres, ni sueños de nuestro destino, ni ninguna de esas cosas que le dan golpecitos en la espalda a nuestro ego, simplemente nos hace propios de las repercusiones que causen estas mismas, y eso nos vincula a un futuro; uno que sin ellas, no es nuestro.
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Se dice que el amor no lo elige uno, lo elige a uno.
Yo no elijo amarte, ¡decido amarte!
Dicen que el tiempo borra todo
¿Puede borrar lo que yo decido?
¿Y si decido que no me toque el tiempo?...que no toque mis emociones….que no toque mis adicciones… que no toque mis sentimientos
Soy libre para decidir aquello pero no se cuan libre para ejecutarlo.
Soy testarudo y no relativizaré en esto: ¡Yo decido!
6 comentarios:
saludos y bienvenido a esto de los blogs
El decidir es tan importante, tan suficiente en si mismo que no podría dejar de estar…
Aunque para mí no están fácil, porque siempre eh pensado que el hombre viene medianamente predestinado y todo depende si esta o no de acuerdo con su destino…
Saludos cumpa
La felicidad va mas de la mano con la pasion q con el pleno control de la vida.
Stendhal con la voz de la Sra de Rênal comentaba: "Las pasiones cuando son de verdad, pecan de egoístas".
No dudo que sin pasión no haya felicidad, pero cuando hablo de decidir no hablo puramente de control; Hablo de que las cosas no pasen en frente de nosotros como una película de nosotros mismos.
La idea es actuar en ella.
Y que pasaria si por fin logras entender, que el dramaturgo de tu obra no eres tu, y no has sido tu??. Eres un actor, que si bien puede solventar su rol solo, sin la ayuda de un director, y que lo puede representar de manera magistarl, donde queda todo ese control del que hablas tanto??, cuando tu no diseñaste tu rol, tu rol fue concebido por alguien mas, tu aceptastte personificarlo, y es ahi cuando decides algo, pero todo esta en causado en algo que va mas alla del control, de limite, y la independencia de uno mismo.
Somos actores, tratando de ser protagonicos de nuestra propia existencia, la cual de repente somos capaces mirar desde afuera, y solo nos vemos a nosotros, pero nunca somos capaces de ver el hilo de la marioneta.
pd: me gusto mucho lo que escribiste
Acabar siendo un realismo mágico dotado sólo de la percepción de nuestra levedad yla consciencia de nuestras capacidades no es un pero.
Probablemente me daría un tiro en la sien...
...Pero no se trata de decidir por controlar, /se trata de decidir y definirse/, y en ese punto podremos diferir en los márgenes de libertad que tenemos, pero es innegable que la definición pasa por articular la identidad hacia el futuro.
Aún cuando nuestras más remotas intenciones sean guiadas por alguna forma de predestinación- es tarea nuestra dicha definición.
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