domingo, 8 de diciembre de 2013

Caligrama

Oigo
Tu voz antojada
Dios no existe ni crea
Y  al rededor se yergue un muro de espadas que se alzan furiosas
Piden la sangre que quede, y  con ella inundar un foso que cerque este nuevo palacio
Vidrios y esquirlas detienen mi paso y conozco en mi piel el ocaso
Dios no auxilia mi veda
Tu vela abrazada
Caigo

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