De los gritos del
gatillo
Las esquirlas
preferidas
Las que ruedan
por tu espalda y se deshacen en sudor
De los velos mal
corridos que obnubilan mi inconsciente
Con tu culpa de
indecente
Pera blanca
transparente
Puede ser que de
momento vuelva a verte demencial.
De los gritos que
se ocultan en la ropa y protocolo
Por encima de mis
besos puedes ser más que otro ser.
De los gritos de
mi angustia y del volver sobre tus manos
Tu temblor y tu
soltura son confusa decisión.
Cada vez que yo
regreso a reclamarte mi reflejo
Del reloj tú ya
no arrancas
Caes, vibras,
vuelves, atas.
Cada vez que yo regreso
a reclamarte mi reflejo
Somos juntos lo
vivido al regresar tras ya no estar.
Lo que no vivimos
juntos y la evidencia en paralelo
Ni tus líneas, ni
tu excusa, puede verme lamentar
Que otros días no
me alberguen con sus hojas inmortales
En mi pulso no
hay olvido, ni descanso al paladar.
Lo que no vivimos
juntos no se escribe en esta llama
Se desnuda en lo
omitido sobre un colchón de ardor
Y se queman los
segundos que temblaban por la espera
Ahora pasan a
cenizas dando pistas del dolor.
De los gritos de
mi espera y de tu música enrabiada
Cuentan que yo
soy el perro menos blanco que atacó.
Voy por morder de
tu espalda a pagar con mi fianza previa
De no ser ya
aquel soldado que callaba y que calló
Lo que no vivimos
juntos no lo encierro ni lo aviso
Es el piso de lo
urgente donde el sueño me habitó
Lo que somos ya
por ser no me adelanta los zarpazos
Ni las garras que
mostramos fue lo que fuimos después.
Yo regreso a
reclamarte mi reflejo forastero
Ya no necesito
imagen ¡Necesito despertar!
Lo que no vivimos
juntos se refleja en nuestras ansias
De invertir el
cuentagotas que acompaña nuestro azar
Y marcando el
naipe justo que equivoca su tirada
Yo te asumo
amenazada por el filo de mi voz
Lo que no vivimos
juntos yo regreso a reclamarte
Y toma en cuenta
que no me importa si no llego a convencer
Que son pulsos
los que cuentan una historia de acertijos
Que se resuelven
de golpe si estallamos al gritar.