Del dolor nace un pus fluorescente
No puedo dejar de mirar
Mis ojos rotan y giran y se salen de sus cuencas
Mis manos se salen de mis brazos
Me divido para vigilar la sombra de mi sangre y aguardar
como se inunda de su sudor el recuerdo del afecto
Del dolor nazco yo, limitado por mi
Con ganas de no ser yo, con ganas de huir
Con ganas de no haber sido
Con ganas de no tener esperanzas
Con ganas de que esa comezón se resuelva en mi contra y me
agriete al rascarme
Del dolor no queda mucho
Oigo un eco desesperado que me culpa a diario
Oigo mis respuestas y no les creo
Extraño mis manos y mis ganas de ser
Extraño dormir un par de horas seguidas y tener secos los
ojos y no la garganta
Del dolor me queda mirarme
Encontrarme con mi puño y entender alguna cosa
Cosa de caer, cosa de vivir
Cosa de que no se me pase el tiempo de haber sido
Dividido, sin ganas, sin cuerpo y únicamente con una memoria
con su reloj de latidos
No son míos, no son míos.